El mapa representa la distribución de la propiedad agraria por provincias. Conteste a las siguientes preguntas.
a) ¿En qué provincias la gran propiedad o latifundio supone más del 50% del total de la propiedad agraria?
b) ¿En qué provincias las pequeña propiedad o minifundio supone más del 50% del total de la propiedad agraría?
c) Explique las causas que han provocado dicha distribución y las consecuencias que se han derivado de ellas.
En España existe una gran dualidad espacial, que, simplificando, contrapone la zona norte con predominio de pequeña y mediana propiedad, frente a la zona sur, donde los grandes propietarios monopolizan la posesión de la tierra.
a) Las provincias en la que la gran propiedad o latifundios supone más del 50% del total de la propiedad agraria son Guadalajara, Cáceres, Badajoz, Ciudad Real, Albacete, Huelva, Sevilla, Cádiz, Córdoba y Jaén.
b) Las provincias donde la pequeña propiedad o minifundio supone más del 50% del total de la propiedad agraria son Lugo, Ourense, Pontevedra, León, Cantabria, Segovia, Valencia, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.
c) Las causas y consecuencias de la distribución de la propiedad agraria en España han sido objeto de un apasionado debate político e intelectual en nuestra historia contemporánea, incluso se podría afirmar que el problema de la tierra es el eje que nos permite comprender buena parte de los conflictos sociales latentes en la España contemporánea del XIX y XX.
La estructura de la propiedad de la tierra, que en España apenas se ha modificado, se define, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos, por el predominio de valores extremos, grandes propiedades y atomización, con escasa presencia de la propiedad media.
- La gran propiedad o latifundio (más de 100 Ha) se creó en la Edad Media durante la "Re-conquista" y repoblación y se consolidó a raíz de la desamortización del siglo XIX. El área española de latifundios no se caracteriza por disponer de un medio físico de difícil aprovechamiento, sino que es el resultado del proceso histórico, la frase del historiador E. Malefakis es concluyente en este punto: Es en la historia y no la geografía del Sur donde hay que buscar las verdaderas raíces del latifundio. Brevemente podríamos citar algunos:
- Sistema de repoblación de toda la zona sur: Órdenes Militares y repartimientos a la nobleza, es decir, grandes extensiones de tierra a modo de "propiedad feudal".
- Instauración del Mayorazgo en las Leyes de Toro de 1505. El vínculo del mayorazgo no permitía la venta de los bienes, de tal manera que el patrimonio, que pasaba generalmente al hijo mayor, no se fragmentara. El sistema estuvo presente hasta el Trienio Liberal con la Ley de Desvinculación de 1820.
- La liberalización de la tierra durante la Revolución liberal-burguesa. El pacto entre vieja nobleza y nueva burguesía se materializa en los decretos desamortizadores (1836, 1855, etc..), por los que el Estado garantiza el paso de la propiedad feudal "manos muertas" a la propiedad capitalista de la tierra, ahora bien, sin alterar su distribución, incluso radicalizando la desigualdad en el acceso a la tierra. La desamortización, introduce cambios en las características sociales de los propietarios. Con ella, la Iglesia, los municipios (bienes de propios y comunales) fueron sustituidos por una burguesía agraria u oligarquía terrateniente, ciudadanos propietarios, caciques que controlan el principal elemento de control económico (la tierra, factor productivo clave en una sociedad agraria) y de forma paralela el control político: sufragio censitario. Con todo ello se privaba de importantes recursos a una gran número de jornaleros y pequeños propietarios.
- Inexistencia e imposibilidad de realizar un Catastro hasta bien entrado el siglo XX.
- La Reforma Agraria puesta en marcha por la II República (bajo los estudios del latifundio español tan solventes como los publicados por Pascual Carrión) y liquidada brutalmente por una derecha política encabezada por grandes propietarios y el ejército, salvaguarda de sus intereses económicos. Unos defienden la patria, otros el patrimonio.
El latifundio ha supuesto tradicionalmente absentismo del propietario, cultivo extensivo, bajos rendimientos y gran número de jornaleros con grave paro estacional y analfabetismo. A este respecto, la única actuación emprendida es la Ley de Fincas Manifiestamente Mejorables, que obliga a presentar un plan de mejora a las grandes propiedades subexplotadas, que, de no cumplirse, puede conllevar el arrendamiento forzoso durante doce años. Otras grandes propiedades se han convertido hoy en empresas capitalistas. En este último caso la gran propiedad favorece la mecanización, la modernización y la competetividad.
- La pequeña propiedad o minifundio (menos de 10 Ha) se ha formado en su mayor parte a partir de los repartos de propiedad agraria por herencia. Los minifundios tradicionales proporcionaban bajos rendimientos y escasos ingresos y propiciaban una fuerte emigración, sobre todo en el norte peninsular. En la actualidad, muchos se trabajan a tiempo parcial, dado que su tamaño impide la mecanización y los bajos ingresos que proporcionan no permiten la adecuada subsistencia familiar. Para hacer frente a esta situación, se promueve el cooperativismo agrario. Otros minifundios, en cambio, son modernas explotaciones hortofrutícolas o bajo plástico, que se trabajan a tiempo completo y resultan mucho más rentables, como los existentes en ciertas zonas del sureste peninsular.
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