El climograma es un gráfico que representa las temperaturas medias mensuales (mediante una línea) y las precipitaciones (mediante barras) de una zona a lo largo del año.
Las precipitaciones, 214 mm, presentan un total muy escaso (inferior a 300 mm).
Su distribución es irregular a lo largo del año con acusada sequía (nueve meses con precipitaciones inferiores a 30 mm: desde marzo a noviembre y máximo relativo en otoño-invierno, diciembre. Las elevadas temperaturas medias mensuales caerán siempre en forma de lluvia.
La temperatura media anual es elevada (21,2 ºC) y la amplitud térmica es muy escasa (4,3 ºC).
El verano es caluroso (cinco meses con temperatura media superior a 22 ºC) y el invierno cálido (ningún mes con temperatura media inferior a 10 ºC y todos con temperatura media superior a 17 ºC).
La escasa amplitud térmica y las elevadas temperaturas del invierno son propias del clima seco subdesértico o estepario de las zonas costeras de las islas Canarias.
La relación entre temperaturas y precipitaciones indica que existe aridez en once meses (salvo en diciembre, se cumple el índice de Gaussen y la curva de las temperaturas se sitúa por encima de la barra de las precipitaciones). El índice de aridez de De Martonne, es de 6,85 (entre 10 y 5) por lo que el clima puede considerarse subdesértico o estepario.
Las características analizadas corresponden a un tipo de clima seco subdesértico o estepario, localizado en las zonas bajas de las islas Canarias. La sequía se explica porque por su latitud meridional, en el extremo sur de la zona templada y próxima al dominio intertropical, predominan a lo largo del año las altas presiones tropicales (anticiclón de las Azores), a las que se unen las advecciones de aire sahariano en verano. El máximo de precipitaciones tiene lugar en otoño-invierno, cuando el desplazamiento del anticiclón permite el paso a las borrascas atlánticas. La escasa amplitud térmica y la suavidad de las temperaturas se deben a la latitud, que hace menos notorios los contrastes térmicos estacionales; y al predominio del viento alisio del NE, originado en el borde oriental del anticiclón de las Azores que por su procedencia es fresco y húmedo, así como a la corriente fría de Canarias, que suavizan las temperaturas del verano.
Este clima lleva asociada una vegetación de matorral ralo y áspero, que presenta formaciones originales como el cardón y la tabaiba. La aridez hace que no existan ríos sino cursos de agua intermitentes.
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