El gráfico lineal muestra la evolución de la población activa en el sector pesquero entre 1965 y el año 2007. Entre ambas fechas se distinguen dos etapas claramente diferenciadas.
Entre 1965 y 1975, la población ocupada en la pesca aumentó, como resultado de una favorable situación, cuyas causas principales fueron las siguientes:
– Las facilidades dadas por la ley para la renovación de la flota en la década de 1960, que permitió el crecimiento de la de mayor tonelaje, la de altura y gran altura.
– El gran aumento de la demanda de pescado motivado por la mejora del nivel adquisitivo de la población española intensificó las capturas de pescado en el Caladero Nacional por parte de la flota artesanal, que emplea a una numerosa mano de obra.
– El bajo precio del combustible y el libre acceso a los caladeros ajenos en una época en la que se consideraban libres los recursos vivos del mar.
Desde 1976 se observa, en cambio, un descenso continuado de la población ocupada en la pesca, debido a la modificación de la favorable situación anterior, que ha traído consigo una fuerte crisis del sector. La subida del precio del petróleo provocó el encarecimiento del combustible. El establecimiento de las zonas económicas exclusivas de pesca en las 200 millas hizo que el tamaño de la flota resultase excesivo en relación con las posibilidades reales de pesca. La mecanización del trabajo en los grandes buques pesqueros permitió prescindir de mucha mano de obra. Las cuotas destinadas a evitar la sobrepesca y los paros biológicos obligaron a reducir el número de capturas. Y la reconversión del sector pesquero y las exigencias de la UE de reducir el tamaño de la flota colaboraron también al descenso de la población ocupada, al fomentar las jubilaciones y prejubilaciones, la retirada permanente o temporal de la actividad de los barcos de pesca, la exportación de buques, su dedicación a actividades diferentes de la pesca y el traspaso de barcos a empresas pesqueras mixtas en terceros países, que emplean a una parte de la tripulación de estos.
Para tratar de solucionar este problema se han adoptado diferentes medidas. Se fomenta la revalorización de la pesca mejorando las infraestructuras pesqueras; se conceden ayudas para el mantenimiento de la flota artesanal; se otorgan fondos a los jóvenes pescadores para la adquisición de su primer barco; se fomenta el desarrollo de la acuicultura; y se promueve la diversificación económica. Para ello se impulsan medidas como el empleo de los pescadores en otras tareas como la limpieza de fondos marinos o la colaboración con los científicos, y la explotación turística de ciertas artes de pesca o de ciertas instalaciones de acuicultura.
En el futuro cabe esperar que continúe esta tendencia a la disminución de la población pesquera debido al fomento de las jubilaciones anticipada; a que la crisis del sector no constituye un estímulo para los jóvenes, que buscan empleo en otras actividades más dinámicas, y a que todavía es necesario seguir ajustando el tamaño de la flota a las posibilidades reales de pesca.
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