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lunes, 21 de febrero de 2011

PRÁCTICA: MAPA DE ÁREAS INDUSTRIALES

Características generales.
La localización industrial en España presenta fuertes desequilibrios territo­riales. Existen claros contrastes entre áreas industrializadas con distintas tendencias (desarrolladas, en expansión, y en declive) y áreas de industria­lización escasa. Los desequilibrios se ven agravados por la tendencia de los sectores más dinámicos a localizarse en las regiones más avanzadas.
Las desigualdades en el reparto espacial de la industria son, a su vez, fuente de otros desequilibrios territoriales en el reparto de la población; en la riqueza; en la dotación de infraestructuras, equipamientos y servi­cios sociales, y en el peso político, que ha afectado negativamente a las regiones españolas menos industrializadas. Por eso, el fomento de la industria ha sido uno de los objetivos básicos en las políticas para el desarrollo regional.
La localización industrial permite diferenciar las áreas siguientes:

 1. Áreas industriales desarrolladas.
Son los espacios centrales de las áreas metropolitanas, sobre todo de las de Madrid y Barcelona, que se han consolidado como los centros principales de la industria española. Su evolución reciente está marcada por tendencias contradictorias:
- Por una parte asistimos al hundimiento o reconversión de impor­tantes sectores maduros.
- Por otra parte, se da una revitalización industrial, pues desde 1985 las ventajas de su centralidad atraen hacia Madrid y Barcelona a las empresas más innovadoras y las sedes sociales (centros de decisión) de las mayores empresas nacionales y de las filiales de las multinacionales. Por tanto, se trata de aquellas actividades que generan mayor valor añadido, tienen mercados en expansión y empleos más cualificados y mejor remunerados.
Ello favorece una creciente terciarización de su industria, cuyo refle­jo externo es la aparición de parques industriales o empresariales, con edificios en los que las funciones de oficina superan en importancia a las propiamente fabriles.

2. Áreas y ejes industriales en expansión.
Son el resultado de las tendencias difusoras de la industria o del desarro­llo de la industrialización endógena. Pueden distinguirse los siguientes tipos:
a) Las coronas metropolitanas cuentan con áreas industriales en de­clive y en proceso de reconversión (Bajo Llobregat, orilla izquierda de la ría del Nervión en Bilbao, sur madrileño). Pero también son receptoras de industrias.
- En unos casos se trata de la difusión o relocalización de industrias tradicionales procedentes del área central, estimulada por la revalori­zación del suelo que ocupan para otros usos y porque para las empre­sas es una forma de reducir costes (sanear su economía y su plantilla, modernizarse y redimensionar sus instalaciones). Estas industrias se lo­calizan en polígonos industriales a lo largo de las principales vías de comunicación con la ciudad.
-  En otros casos las coronas atraen a empresas innovadoras que se instalan en parques tecnológicos.
b) Las franjas periurbanas, en la zona de transición entre la ciudad y el mundo rural circundante, han adquirido también gran atractivo para relocalizar industrias de las ciudades próximas.
También localizan pequeñas empresas, de capitalización escasa, dedica­das a producciones intensivas en trabajo poco cualificado (madera, mueble, metalurgia de transformación, confección), a la subcontratación de tareas o al aprovechamiento de los recursos circundantes. En el pla­no laboral cuentan con un mercado más flexible, con diversas formas de contratación precaria y menor presencia sindical. La tipología más carac­terística para su asentamiento son los polígonos de naves adosadas, de reducida dimensión, a veces con graves deficiencias en infraestructu­ras y equipamientos.
 c)  Los ejes de desarrollo industrial se localizan a lo largo de las prin­cipales vías de comunicación.
Los ejes nacionales principales son los del valle del Ebro y el Medi­terráneo (Girona-Cartagena). Cuentan con una red de autopistas que los conecta con los principales centros nacionales y del sur de Europa, por lo que han atraído a industrias nacionales y multinacionales. Además se relacionan con ciudades de antigua tradición fabril o artesanal y con una industria rural dispersa transformadora de los productos del entorno.
- A nivel regional y comarcal se han desarrollado algunos ejes, como la red en torno a Madrid, que se extiende hacia las provincias limítrofes de Castilla-La Mancha, y los ejes secundarios de las regiones del interior, que siguen algunas de las principales carreteras (autovía Tordesillas-Valladolid-Palencia).
d) En algunas áreas rurales también han crecido las implantaciones industriales. En la mayoría de los casos, se trata ele pequeñas empre­sas que requieren escasa inversión, tecnología simple y baja cualificación profesional. Los casos más frecuentes son pequeños talleres de producciones tradicionales (dulces, prendas de vestir, muebles), empre­sas urbanas relocalizadas o empresas promovidas por empresarios autóctonos que aprovechan el potencial endógeno en cuanto a recursos (producciones agrícolas, ganaderas, forestales y del subsuelo) y mano de obra (experiencia técnica heredada del pasado artesanal, bajos sala­rios y formas de contratación flexible).
No obstante, a veces surgen también empresas innovadoras, gracias a la cooperación empresarial y al apoyo de la administración local.

3. Áreas y ejes industriales en declive.
Son Asturias, Cantabria y algunos núcleos aislados (Ferrol, bahía de Cádiz, Puertollano y Ponferrada). El País Vasco, hasta hace poco inclui­do en esta zona, comienza a constituirse como una excepción por su re­ciente resurgir industrial.
 Las áreas industriales en declive se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Son zonas especializadas en sectores industriales maduros en crisis, sin diversificación industrial que permita generar empleos alternativos. Predomina la gran empresa y la gran fábrica y escasean las pymes, que son muy dependientes de las grandes empresas, de modo que se ven arrastradas por su crisis.
-  El mercado laboral es de cualificación media o baja, con fuerte implantación sindical y conflictividad.
- El medio ambiente posee un deterioro antiguo por la frecuencia de industrias básicas altamente contaminantes y un crecimiento urbano de­sorganizado, con alta densidad y baja calidad de la vivienda. Este dete­rioro se acentúa ahora con solares y naves abandonadas. Todo ello cons­tituyen externalidades negativas que dificultan la instalación industrial.
- La incorporación a la UE ha agravado la situación con nuevas res­tricciones a la producción y al empleo.
Las consecuencias de la desindustrialización de estas zonas son el declive demográfico por emigración y una creciente posición periférica respecto a los centros decisorios y a las nuevas áreas industriales, a lo que colabora su deficiente accesibilidad respecto al resto de España y la Unión Europea.
A pesar de estos problemas, existen algunos ejemplos de revitalización, como el caso del País Vasco, que ponen en evidencia las diferen­cias entre regiones a la hora de abordar los problemas.

4. Áreas de industrialización inducida y escasa.

a) Las áreas de industrialización inducida son Aragón, Castilla y León y Andalucía, que desde la década de 1960 han sido objeto de ini­ciativas para la promoción industrial. Poseen algunos enclaves industria­les más desarrollados (por las ventajas de su situación en la costa o en el sistema nacional de comunicaciones), que concentran las inversiones, la producción y el empleo; pero son incapaces de relacionarse con otros enclaves o de difundir la industria hacia áreas próximas, por lo que ge­neran claros desequilibrios territoriales. Es el caso de Zaragoza en Ara­gón, de Valladolid y Burgos en Castilla y León, y del triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva en Andalucía. Estas áreas cuentan también con algunas industrias en las capitales provinciales o con industrias tradicionales, dispersas y pequeñas (textil, vitivinícola, conservera, del mueble).
b) Las áreas de industrialización escasa son Castilla-La Mancha, Ex­tremadura, Baleares y Canarias, debido a su localización poco com­petitiva. En ellas las grandes industrias son escasas y predominan los sectores tradicionales de escaso valor añadido, en empresas medianas y pequeñas, de baja competitividad. Castilla-La Mancha comienza a cons­tituirse como una excepción en este grupo por la difusión de la indus­tria madrileña hacia las provincias mejor conectadas con la capital.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por este blog. Es un placer visual y conceptual;llama a picotear un poco de geografía cada día. Lo recomiendo siempre a alumnos y compañeros.
ENHORABUENA!

Félix dijo...

Gracias!

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